Quién tiene un gato de mascota, sabe que cuando una se acerca a la cocina y se dispone a preparar el almuerzo, ese cuadrúpedo comienza a vernos con ojos tiernos, sí lo ignoramos acto seguido se envuelve en nuestras piernas, y sí observa que no esta consiguiendo éxito, comienza a maullar en notas cada vez mayores. Creo que haría una huelga de dimensiones colosales si no le prestamos atención.
¿Qué quiere el gato? Quiere comer.
¿Porqué maúlla, hace muecas y malabarismos? Para hacerle saber a su dueño que necesita ese alimento que solo él dueño puede proporcionarle.
Dejo una pregunta (en la que me incluyo) ¿hace cuanto que no actuamos como un gato enredando los pies del maestro, suplicándole que nos alimente con revelación fresca? ¿hace cuanto que no clamamos con gritos de desperación : Maestro quiero conocer más de vos? Y sobre todo: ¿hace cuanto que no vamos a sus pies de rodillas para reconocer que El es la unica fuente de salvación, amor y bendición?
El que esta atento a la palabra encontra la dicha
¡y feliz el que confía en el Señor!
Dios te mega Bendiga.
Nadia.
Muy buena reflexión. Felicidades
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